El verano ya ha hecho su entrada triunfal en España, y no precisamente de forma discreta. Jorge Rey, ese joven apasionado por las cabañuelas que siempre tiene algo que decir sobre el clima, se ha distanciado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para lanzar su propia alerta. Y lo hace con una advertencia clara: las temperaturas que se aproximan son inhumanas.
Un cambio drástico en el tiempo
A partir de ahora, los termómetros van a experimentar una escalada impresionante. Después de un mayo caprichoso, donde las lluvias sorprendieron a más de uno, especialmente en el norte y el interior del país, parece que nos hemos dejado atrás esa inestabilidad. Según la AEMET, estamos ante un periodo caluroso que no se había visto antes para esta época. Las previsiones apuntan a máximas superiores a 34 °C en muchas zonas del interior peninsular; incluso el valle del Guadalquivir podría coquetear con los 40 °C. ¿40 grados a principios de junio? Una auténtica locura.
No solo durante el día vamos a sentir este calor aplastante; las noches también serán tropicales en muchas ciudades del sur y del Mediterráneo. La alerta está lanzada y hay que estar preparados.
Por otro lado, Jorge Rey no se queda atrás. En sus vídeos recientes ha hablado de lo que está por venir como algo absolutamente insólito, señalando los días 6 y 7 de junio como puntos críticos donde comenzará este episodio extremo. Aunque sus métodos no están avalados científicamente, su voz resuena entre quienes lo siguen en redes sociales, creando una mezcla entre incertidumbre y curiosidad.
Tanto los meteorólogos oficiales como los aficionados coinciden: la primavera ha sido rara y este nuevo patrón podría ser un indicativo de cambios más profundos en nuestro clima. Así que es mejor prepararse porque lo que viene podría marcar un antes y un después.
Dadas estas perspectivas tan preocupantes para los próximos días, las autoridades están sopesando activar avisos por altas temperaturas, especialmente en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. Es esencial prestar atención al pronóstico meteorológico y evitar salir al sol cuando más quema, además de mantenernos bien hidratados—sobre todo aquellos grupos más vulnerables como ancianos o niños.
A medida que nos acercamos al solsticio, ya estamos viviendo condiciones propias del pleno verano cuando aún ni siquiera hemos llegado a julio. Y todo esto nos lleva a reflexionar sobre cómo estos episodios cada vez más intensos son quizás nuestra nueva realidad climática.