Hoy en día, salir con alguien puede convertirse en un auténtico laberinto emocional. Muchos solteros se encuentran disfrutando de una primera cita, solo para luego preguntarse, desconcertados, por qué esa persona no vuelve a dar señales de vida. Anita Fletcher, experta en relaciones y sexo, ha identificado esos mensajes de WhatsApp que podrían estar destruyendo nuestras oportunidades de una segunda cita.
Los seis mensajes que deberías evitar
Todos hemos estado ahí: el temido silencio tras la primera velada. Pero hay ciertos textos que gritan desesperación más que otros. Por ejemplo, el clásico «¿Hola, estás ahí?» es como un aviso luminoso de inseguridad. Según Fletcher, enviar este mensaje varias veces al día muestra que estamos al acecho y desesperados por atención.
«Este tipo de texto revela ansiedad y presiona a la otra persona a responder rápidamente», explica la experta. La mejor jugada aquí es esperar a tener algo interesante que decir: «¡Acabo de ver la nueva cafetería que mencionaste! ¿Has probado el café frío?» Eso suena mucho mejor.
Otro clásico desastroso es el triple mensaje: primero un «¡Hola! ¿Qué tal tu día?», seguido por un «¿Hola?», y rematando con un «Supongo que estás ocupado…» ¡Menuda avalancha! Esto deja claro que no podemos soportar ni unos minutos sin respuesta. Según Anita, esto indica mala regulación emocional y hace pensar a la otra persona en lo complicado que será mantenernos.
Sigue sin responder y decides preguntar directamente: «¿Por qué no respondes?» Uh-oh. Esa pregunta puede ser letal para cualquier relación incipiente. Al exigir explicaciones sobre los tiempos de respuesta, nos vemos como controladores desde el principio. En lugar de eso, sería mejor simplemente dejarlo pasar; todos tenemos vidas ocupadas fuera del móvil.
A veces nos desahogamos demasiado rápido enviando mensajes largos sobre nuestro mal día en el trabajo o problemas familiares antes incluso de haber forjado una conexión real. El consejo aquí es simple: mantén las cosas ligeras al principio. Conéctate desde lo positivo: «Hoy he trabajado mucho; tengo ganas de relajarme. ¿Y tú?» suena mucho más atractivo.
Y cuidado con decirle a alguien tras una primera cita que lo echas de menos; eso puede dar pie a dudas sobre nuestros patrones emocionales saludables.«Es demasiado pronto para ese tipo de intensidad», advierte Fletcher. Mejor comparte lo bien que te sentiste: «¡Lo pasé genial anoche! Me encantaría repetir pronto.» Así dejamos claro nuestro interés sin asustar al otro.
No olvidemos los mensajes buscando validación personal como «¿Me consideras guapo/a?» Eso coloca a la otra persona en una situación incómoda e infravalora nuestra propia confianza. Lo ideal es nutrirla con acciones y conversaciones interesantes, no inundar sus chats con inseguridades.
Anita concluye diciendo algo muy cierto: muchos envían mensajes cargados de necesidad porque operan desde el miedo: miedo al abandono o al rechazo. Si alguien tarda en contestar, las personas ansiosas pueden caer en espirales negativas y pensar erróneamente que eso significa desinterés.
Aunque parezca irónico, cuanto más necesitamos ese reconocimiento inmediato, más alejamos a los demás.“Las mejores relaciones nacen cuando dos personas completas deciden compartir sus vidas”, resume Anita.