¿Quién podría pensar que un simple cepillo de dientes inteligente podría desvelar secretos tan oscuros? Paul Jones, un investigador privado británico con más de diez años en el oficio, ha vivido una de esas historias que parecen sacadas de una película. Pillar a alguien engañando puede ser complicado, pero hacerlo gracias a la tecnología moderna… eso ya es otra historia.
Una de sus clientas, madre de dos pequeños y casada, decidió utilizar este dispositivo para mejorar los hábitos dentales de sus hijos. Pero lo que empezó como una buena intención terminó destapando algo inesperado. Al revisar la app del cepillo, se dio cuenta de que su marido estaba usándolo a horas inusuales; momentos en los que, supuestamente, debería estar trabajando o cuando los niños estaban en el cole.
Cazador cazado
La mujer no se quedó callada y le preguntó directamente a su pareja. Él, con total seguridad, afirmó que había estado todo el día en la oficina. Sin embargo, los datos del cepillo contaban otra historia: horarios extraños y un patrón inquietante.
“Al principio parecía algo sin importancia”, confesó Jones durante una entrevista. “Pero con el tiempo, esos cepillados mañaneros de los viernes comenzaron a levantar sospechas.” ¿Qué pasaba realmente esos días? La respuesta era clara: su esposo no pisaba la oficina desde hacía meses y había estado disfrutando de momentos íntimos con otra persona en casa.
No cabe duda de que estos dispositivos pueden registrar información valiosa pero fría: “Cuando ves que alguien se cepilla los dientes a las 10:48 am cuando debería haber empezado a trabajar a las 9 am… es difícil encontrar una justificación”, concluyó Jones. Así es como un artefacto cotidiano se convierte en un testigo incómodo dentro del hogar.