Coral Corbí, una joven que ha ganado popularidad en TikTok, nos cuenta su experiencia tras una cita de Tinder que no terminó como esperaba. En un mundo donde las ciberestafas parecen ser el pan de cada día, ella se convirtió en víctima de uno de esos engaños que se sienten casi sacados de una película. Con más de medio millón de visualizaciones en sus vídeos, su relato ha resonado con muchos que han vivido situaciones similares.
Una cita que comenzó como cualquier otra
Todo empezó cuando Coral decidió darle una oportunidad a un chico que parecía tenerlo todo: un perfil atractivo, amor por los animales y pasión por la lectura. Pero, como bien dice el refrán, “no todo lo que brilla es oro”. Después de varios días charlando, decidieron verse en persona. Sin embargo, al llegar al bar se dio cuenta de que algo no encajaba del todo; él era “un poquito diferente a las fotos”, pero decidió dejarse llevar y disfrutar del momento.
Mientras tomaban unas tapas y reían juntos, el chico recibió una llamada telefónica. Lo que pasó después fue impactante: su rostro cambió drásticamente y las lágrimas comenzaron a brotar. Coral no sabía si acercarse o mantenerse al margen. Al final optó por preguntar qué sucedía y él le confesó que tenía un problema familiar muy grave relacionado con su hermana enferma. Su historia sonaba tan trágica… Que se apiadó y decidió ayudarle enviándole 150 euros por Bizum.
Tras unos días sin noticias y confiando en la buena fe del joven, Coral decidió volver al mismo bar donde se habían conocido. ¿Y qué se encontró? ¡A ese mismo chico con otra chica! En ese instante supo que había sido engañada. Sin pensarlo dos veces, se acercó a la mesa para preguntarle a la nueva acompañante si también le había pedido dinero; la respuesta fue afirmativa.
Con la vergüenza llevándola al límite pero con la cabeza bien alta, le reclamó sus 150 euros al estafador. Él palideció y balbuceó excusas sobre no tener dinero en ese momento. Aunque sabe que denunciarlo probablemente no sirva para nada porque ella misma realizó la transferencia.
“¡Qué elaborado!”, exclamó Coral mientras recordaba toda la escena; desde las lágrimas hasta el montaje perfectamente ejecutado por aquel chico que parecía un actor consumado. Esta experiencia amarga le deja claro algo: “Una no termina de escarmentar con Tinder”. A veces hay lecciones duras que aprender.