El martes 13, esa fecha que provoca escalofríos en el corazón de los supersticiosos, ha sido objeto de numerosas historias y creencias. Desde tiempos inmemoriales, cuando este día coincide con el número 13, las malas vibras parecen multiplicarse. Pero, ¿de dónde viene toda esta mala fama? Vamos a descubrirlo.
La historia detrás del mito
Primero, hablemos del famoso número 12. En muchas culturas se le considera como el número perfecto: doce meses en un año, doce apóstoles… Y claro, al aparecer el 13, se rompe ese equilibrio. ¡Cuidado! Muchos hasta evitan volar en aviones donde no hay fila 13; sí, así de lejos se llega a llevar la superstición.
Además, si miramos hacia la mitología romana, nos encontramos con Marte, dios de la guerra. ¿Qué mejor forma de asociarlo a un día lleno de conflictos y tensiones? Es curioso cómo en otros lugares como los países anglosajones se teme más al viernes 13, mientras que aquí preferimos ponerle el foco al martes. Esto es algo profundamente arraigado en nuestra cultura e historia.
No son pocos los que deciden no hacer nada importante en un martes 13: ni casarse ni embarcarse en nuevos proyectos. La frase popular dice: «En martes y 13, ni te cases ni te embarques». Sabias palabras para quienes valoran su suerte.
Aún así, las creencias varían según la parte del mundo donde nos encontremos. Por ejemplo, mientras nosotros tememos al martes y su relación con Judas Iscariote (el traidor), en Japón prefieren evitar el número cuatro por su conexión con la muerte. Y no hablemos del malogrado viernes 17 en Italia; ¡cada cultura tiene sus propios tabúes!
Aunque puede parecer solo una superstición más, lo cierto es que estos días han dejado huella en la historia; recordemos la caída de Constantinopla un fatídico martes 29 de mayo de 1453. Así que ya sabes: si hoy es martes y además es trece… ¡mejor ten cuidado!