El pasado lunes 28 de abril, un apagón inesperado se apoderó de toda la península ibérica y parte de Europa. Las luces se apagaron y, sin previo aviso, miles de personas se encontraron en medio del caos: algunos en la oficina, otros en clase o simplemente paseando por la calle. Pero ¿sabes qué? En vez de dejarse llevar por la ansiedad, decidieron hacer lo que mejor saben: disfrutar del buen tiempo.
Fiesta en las plazas
Un claro ejemplo fue el vídeo que compartió Jaime Nyst en su TikTok bajo el título «El apagón en Madrid». Ese día soleado, las plazas se transformaron en auténticas fiestas improvisadas. La gente se acomodó en las terrazas de los bares, disfrutando de cervezas y refrescos que aún estaban fríos gracias a las neveras. Con la melodía de «El fin del mundo» de Lala Love You sonando de fondo, todo parecía perfecto. Pero claro, no todo era tan sencillo; mientras algunos llevaban cascos hechos con papel aluminio como si fueran futuristas defensores del tiempo libre, otros hacían su compra habitual como Samantha Hudson.
A medida que pasaban las horas y los productos empezaban a estropearse, muchos negocios optaron por dar algo gratis a los viandantes hambrientos: comida y helados estaban al alcance de todos. La conexión a Internet era escasa y si alguien tenía acceso dentro de un local, era como encontrar un oasis; miles corrían hacia allí buscando ese hilo conductor con el mundo digital.
Aún así, la gente salió a aprovechar el sol. Cantos y bailes resonaban por doquier mientras trataban de pasar el rato hasta que volviera la luz. “Ambientazo y tiempazo”, comentó uno de los chicos presentes; “esto es historia de España”. Y no le faltaba razón.
Cuando finalmente volvió la electricidad entre aplausos y gritos llenos de alegría, las calles recuperaron su luminosidad pero la fiesta continuó viva. Con miles de reproducciones acumuladas y comentarios alabando esta actitud positiva frente a lo imprevisto, una usuaria compartió cómo ella también disfrutó: “Nosotros nos lo pasamos pipa. Estaba la urbanización animadísima; las calles llenas con música sonando mientras los niños tenían subidón comiendo monas de chocolate”. En resumen, un día para recordar donde incluso los apagones pueden convertirse en momentos inolvidables.