Encontrar un hogar que no te arruine el mes se ha convertido en una auténtica odisea para muchos. Y mientras tanto, surgen anuncios que parecen más chistes que ofertas reales. Este es el caso del peculiar piso en Madrid que ha compartido Karin Herrero en su TikTok, dejando a todos boquiabiertos. El anuncio destaca, sin tapujos, que la vivienda está «ocupada ilegalmente» y aún así el dueño tiene la cara dura de considerarlo una oportunidad de oro.
«Estaba navegando por un portal inmobiliario buscando algo interesante y este anuncio me llamó la atención», cuenta Herrero, aún incrédulo. El estudio de 57 metros cuadrados se presenta como un lugar atractivo, pero con un pequeño detalle: no puedes visitarlo porque ya hay inquilinos, o mejor dicho, okupas.
Una oferta difícil de creer
A pesar de este inconveniente notable, el propietario sigue insistiendo en que es una ganga. Está ubicado en un complejo privado de los más exclusivos de Madrid. «¿Esto significa que los okupas son premium?», bromea Herrero mientras muestra las características del piso. Porque claro, ¿quién no querría compartir su casa con alguien que parece venir del club social?
El anuncio también presume de contar con zonas comunes como piscina y gimnasio; eso sí, olvidando mencionar que tu hogar también es parte del paquete común… Pero lo mejor llega cuando se menciona la seguridad del edificio con portero físico. Herrero no pudo evitar reírse al pensar: «Bueno, supongo que ese portero lleva bastón y perro guía para evitar sorpresas».
A medida que el vídeo se popularizaba –ya lleva más de 396.000 visualizaciones– los comentarios fueron lloviendo como si fuera viernes por la tarde: algunos cuestionaban por qué poner estos anuncios si las casas ocupadas no son realmente vendibles; otros señalaban sarcásticamente cómo casi todos los pisos económicos terminan siendo «ocupados ilegalmente».
Así estamos hoy: donde las oportunidades parecen tan reales como un unicornio y donde comprar un piso puede ser tan complicado como atrapar nubes con las manos. Quizás deberíamos preguntarnos si vale la pena seguir buscando o simplemente resignarnos a vivir entre risas y sarcasmos sobre nuestro futuro hogar.