El cohete Falcon 9 de SpaceX ha logrado algo asombroso: su lanzamiento número 100 este año, un verdadero testimonio del éxito de la empresa de Elon Musk. Desde que se fundó en 2002, Musk soñó con revolucionar la exploración espacial. Y, sinceramente, lo está haciendo. Con cada lanzamiento, nos demuestran que reutilizar cohetes no solo es posible, sino que también es el futuro.
Un año para recordar
Recientemente, el Falcon 9 despegó por última vez el pasado 15 de diciembre, desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 40 en Cabo Cañaveral. En esta ocasión, llevó consigo nada menos que 29 satélites Starlink, listos para desplegarse en la órbita terrestre baja. No podemos negar que este año ha sido impresionante para el Falcon 9 y las proyecciones son aún más ambiciosas; se habla incluso de alcanzar hasta 160 lanzamientos antes de que acabe el año.
Aunque parece una meta desafiante con menos de dos semanas por delante, SpaceX no se detiene. Están utilizando su plataforma en la Base Aérea Vandenberg (California) para lanzar más satélites y atender a diferentes gobiernos y organizaciones. La clave del éxito radica no solo en la cantidad sino también en cómo han logrado aumentar la frecuencia de estos lanzamientos.
Aquí es donde entra la magia del diseño del Falcon 9. Este cohete reusable tiene una estructura ingeniosa que le permite aterrizar verticalmente después de cada misión, lista para otra aventura. Por si fuera poco, sus características técnicas son impresionantes: mide 70 metros, puede llevar cargas útiles a órbita terrestre baja de hasta 22.800 kilos, y cuenta con motores Merlín alimentados por queroseno y oxígeno líquido.
Cada uno de estos hitos refleja un compromiso claro hacia un futuro donde el acceso al espacio sea más accesible y sostenible. Así que sigamos atentos a lo que viene; porque si algo hemos aprendido es que SpaceX no planea detenerse aquí.

