En un rincón del mundo digital, un vídeo de apenas 77 segundos ha capturado el corazón de miles. La protagonista es Mari, una mujer de 85 años que ha luchado durante años contra dolores que apenas le dejaban dar un paso. Pero esta vez, la historia da un giro inesperado gracias a un exoesqueleto. Y no está sola en este viaje; a su lado se encuentra Carlos Martínez, el niño que ella cuidó y que ahora brilla como campeón del mundo en baloncesto 3×3.
Un encuentro lleno de emociones
En las imágenes, vemos a Mari sonreír mientras camina con la ayuda del dispositivo. «Es como andar dentro del agua», comenta Carlos, quien ha dedicado su vida al emprendimiento y ha creado varias empresas, incluyendo Wellbeinn, enfocada en la recuperación deportiva. Este innovador aparato no solo promete mejorar vidas; tiene una autonomía de hasta 20 kilómetros y varios niveles de potencia.
Pero aquí viene lo más importante: el verdadero desafío para Carlos es hacer que este avance tecnológico sea accesible para todos. Con un coste cercano a los 4.000 euros, su objetivo es abaratarlo y así poder devolver sonrisas como la de Mari a muchas más personas. Esta historia no es solo sobre tecnología; es una oda a los vínculos humanos y al amor incondicional que trasciende generaciones.

