Imagina que decides alquilar tu casa a través de Airbnb, con la esperanza de unas vacaciones tranquilas y un poco de dinero extra en el bolsillo. Pero lo que te encuentras al final no es más que un drama inesperado. Eso le ocurrió a Ashley, una propietaria cuya historia se ha vuelto viral esta temporada.
Todo parecía ir sobre ruedas hasta que, tras tres semanas de hospedaje, recibió una factura por la escalofriante suma de 1.300 euros. ¿La razón? Su inquilino había transformado su hogar en una auténtica granja de minería de criptomonedas e incluso había instalado una estación para cargar coches eléctricos. ¡Sí, lo has oído bien!
Una estancia que dejó huella
Lo curioso es que durante la estadía, todo lucía normal. Ashley se mostraba satisfecha con el huésped; incluso le dio cinco estrellas en la aplicación. Sin embargo, cuando el tiempo pasó y revisó sus gastos, no podía creer lo que veía. La factura era nada menos que 1.500 dólares, un importe que levantó todas sus alarmas.
Intrigada y preocupada por esa suma exorbitante, decidió revisar las cámaras exteriores (porque no tiene dentro). Lo que encontró fue asombroso: diez ordenadores habían invadido su espacio y ese punto de carga para vehículos eléctricos no era precisamente un adorno decorativo.
Ashley relató en TikTok cómo este inquilino utilizó su casa para minar criptomonedas durante toda una semana. Según medios estadounidenses, este personaje llegó a ganar 100.000 dólares, unos 86.000 euros al cambio. Vamos, un negocio redondo mientras ella solo pensaba en descansar.
Ante esta situación surrealista, Ashley decidió reclamar la factura eléctrica a Airbnb y luchó con uñas y dientes hasta conseguir recuperar su dinero. Pero eso no fue todo; ahora tiene dos reglas estrictas para futuros huéspedes: está prohibido instalar estaciones de carga para coches eléctricos y también minar criptomonedas desde su hogar.
No hay duda de que esta anécdota nos recuerda lo impredecible del mundo del alquiler vacacional y cómo algunas experiencias pueden convertirse en historias dignas del mejor guion cinematográfico.