¿Estamos ante el fin de las modelos reales? La última campaña de Vogue ha encendido el debate sobre el uso de la inteligencia artificial en el mundo de la moda. La protagonista del anuncio es Vivian, una modelo digital que parece haber salido de un sueño: delgada, voluptuosa, con esa melena rubia brillante y labios perfectamente rosados. Pero detrás de esa imagen perfecta se esconde un dilema que nos toca a todos.
La llegada de Aitana López y su impacto en redes
El fenómeno comenzó con Aitana López, una influencer que ha revolucionado las redes gracias a su apariencia hiperrealista, creada por la empresa The Clueless. Su pelo rosa y su físico han capturado la atención de miles en Instagram, pero no es la única. También está Claudia, otra modelo digital que se ha hecho un nombre vendiendo fotos eróticas en OnlyFans. Y ahora, Vivian se suma a este club exclusivo tras aparecer en Vogue.
Sin embargo, lo que debería ser motivo de celebración ha generado una oleada de críticas. Muchos lectores han calificado esta imagen como ‘perturbadora’ al considerar que perpetúa estándares de belleza inalcanzables y aleja aún más la representación auténtica del cuerpo humano. A pesar de que Vogue intenta aclarar que esto es solo publicidad pagada y no contenido editorial, la confusión persiste.
Amy Odell, escritora de moda, señala algo crucial: usar modelos virtuales es mucho más económico para las marcas. “Las empresas necesitan contenido constante”, dice Odell. Es así como los avatares se convierten en una solución atractiva para reducir costos sin sacrificar calidad visual.
Parece claro que estamos ante un punto crítico donde tecnología y moda chocan. Las agencias están apostando por estas imágenes generadas por IA porque ofrecen resultados sorprendentes a un coste menor. Sin embargo, esta tendencia plantea serias preguntas sobre nuestra percepción de lo real versus lo artificial en un campo tan visual como el modelaje.