En un momento en que la corrupción se ha convertido en una sombra sobre nuestra política, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido dar un paso audaz. Con la presentación del Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción, se abre un nuevo capítulo donde la inteligencia artificial se perfila como una herramienta clave en el control de los contratos públicos. Pero, ¿realmente podrá esta tecnología frenar una problemática tan arraigada?
Un plan lleno de ambiciones tecnológicas
A través de 15 medidas propuestas, lo que realmente destaca es la intención de transformar la Plataforma de Contratación del Sector Público. Lo que antes era un mero trámite administrativo ahora pretende convertirse en un sistema nervioso digital. Esto significa que, con el apoyo del big data, el aprendizaje automático y un enfoque basado en código abierto, podremos detectar irregularidades antes de que se conviertan en escándalos mediáticos.
Pensadlo por un momento: imagina que un algoritmo pueda identificar patrones sospechosos entre las empresas ganadoras de contratos. Esa misma empresa ganando licitaciones a precios inusuales o repitiendo adjudicaciones sin competencia real; todo esto podría ser detectado sin necesidad de intervención humana directa.
No obstante, aquí surge otra cuestión importante: ¿será suficiente? La historia nos dice que confiar únicamente en la tecnología puede ser arriesgado. Si bien otros países han comenzado a experimentar con enfoques similares —como Ucrania y su plataforma Prozorro— España aspira a ir más allá al incluir auditorías ciudadanas y alertas tempranas.
Pero no todo es color de rosa. El respeto por la privacidad será uno de los grandes retos a enfrentar. Necesitamos cruzar bases de datos sin vulnerar derechos fundamentales. Por ello, adaptar las leyes actuales será crucial para garantizar transparencia y protección al mismo tiempo.
Así las cosas, aunque muchos podrían pensar que este plan es solo otro intento vacío ante una situación desesperante, hay algo esperanzador al respecto. Si realmente funciona, podríamos estar ante una revolución en cuanto a transparencia institucional se refiere; si no lo hace… bueno, quizás terminemos con otro portal lleno de datos que nadie consulta.