El aire acondicionado, esa maravilla moderna que muchos consideran un auténtico lujo, no está al alcance de todos. En España, su instalación puede costar entre 500 y 3000 euros. Y, claro, eso ya es una inversión significativa para quienes deciden hacerla. Pero imagina que tras ese desembolso, tu aparato empieza a fallar justo cuando más lo necesitas. Eso ha sucedido recientemente con la ola de calor que ha azotado la Península Ibérica. Muchos han notado cómo sus equipos no enfrían como deberían.
El gran error al instalarlo
Cuando nos encontramos con un aire acondicionado que no rinde lo esperado, es fácil pensar que hay un problema interno o una avería oculta. Sin embargo, a menudo se trata de un error básico en la instalación. Si la unidad exterior está expuesta directamente al sol, esto puede ser fatal para su rendimiento. ¡Imagina tener un dispositivo electrónico funcionando a temperaturas extremas! No solo se calienta más rápido, sino que también puede llegar a bloquearse o funcionar mal.
Y aquí es donde entra en juego el mecanismo de protección del aparato: si detecta sobrecalentamiento o excede su rango óptimo de funcionamiento –que normalmente debe estar por debajo de los 45-50 grados– simplemente deja de operar correctamente. Así que antes de culpar a la máquina misma, vale la pena revisar cómo y dónde fue instalada.
¿Se puede solucionar? Sí, aunque probablemente te costará unos euros extra. Si tu equipo está instalado en una zona soleada sin sombra alguna, deberías considerar reubicarlo con ayuda de un técnico especializado para encontrar ese rincón fresco y agradable donde pueda respirar bien. Y si tienes suerte y tu unidad está en una terraza accesible, cubrirla con algún tipo de sombra será suficiente; pero cuidado con obstruir las rejillas del ventilador porque eso podría arruinar el sistema.