Imagínate que abres Facebook y te encuentras con un mensaje que dice: «¿Nos dejas acceder a tus fotos?». Así es, la compañía de Mark Zuckerberg ha comenzado a pedir permiso para que su inteligencia artificial, Meta AI, eche un vistazo a esas imágenes guardadas en tu móvil, incluso a las que nunca has compartido. ¿Te parece inquietante? A nosotros también.
Esta medida surge por una nueva función presentada como ‘Procesamiento en la nube’, algo que se activa al intentar crear una ‘Storie’. De repente, aparece un aviso invitándote a permitir que la app analice las imágenes de tu galería. Si decides aceptar, tus fotos se subirán periódicamente a los servidores de Meta, lo que significa que la IA empezará a generar automáticamente sugerencias como collages o recuerdos organizados por eventos.
Una función polémica en el aire
Aunque esta novedad está siendo probada en Estados Unidos y Canadá, muchos usuarios ya están mostrando su descontento. Y es que, ¿quién se siente cómodo dando acceso a imágenes personales nunca publicadas? A algunos les ha sorprendido ver ediciones automáticas sobre sus fotos antiguas sin haber dado un consentimiento claro. Meta asegura que estas sugerencias son privadas y no serán utilizadas con fines publicitarios, pero lo cierto es que aceptar esta opción implica estar de acuerdo con los ‘Términos de Servicio de Meta AI’. Esto permite a la empresa analizar detalles como rostros y lugares dentro de las fotografías.
A pesar de prometer que no utilizarán estas imágenes para entrenar modelos de IA en este momento, no hay garantía sobre lo que pasará en el futuro. Si decides dar marcha atrás y desactivar la función, ten en cuenta que cualquier foto subida se eliminará tras 30 días… aunque Meta podría retener ciertos datos más tiempo si así lo considera.
La comunidad está dividida: mientras algunos apoyan esta modernización digital impulsada por Meta, otros gritan por privacidad y control sobre sus propias imágenes. Este movimiento vuelve a abrir el debate sobre el uso de nuestros datos personales por parte de grandes tecnológicas. Al final del día, todos queremos sentirnos seguros con nuestras fotos; la pregunta es: ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por ello?