En un giro inesperado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha puesto sobre la mesa una posible demanda contra SpaceX, la empresa del famoso Elon Musk. Y todo esto tras el lanzamiento de cohetes que ha dejado su huella en la costa de Tamaulipas. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum compartió que el Gobierno está haciendo una revisión exhaustiva para determinar qué leyes podrían haber sido vulneradas.
Un impacto preocupante en nuestra tierra
Recientemente, el cohete Starship estalló durante su despegue en Boca Chica, Texas, justo al lado de nuestra frontera. Los restos volaron y terminaron esparcidos en el Golfo de México y, como si fuera poco, algunas corrientes marinas arrastraron esos fragmentos hasta playa Bagdad, en Matamoros. Un auténtico desastre que ha encendido las alarmas entre ambientalistas y autoridades locales.
A pesar de los esfuerzos para limpiar los residuos —que incluían desde plástico hasta piezas metálicas— aún queda microbasura espacial amenazando nuestras costas. ¿Y qué decir de las 10.000 crías de tortuga Lora, una especie ya en peligro? Las liberaciones se han detenido por miedo a que estos desechos pongan en riesgo sus vidas.
No solo eso; expertos advierten que estos fragmentos pueden estar cargados de sustancias tóxicas que atentan contra nuestra flora y fauna. Todo esto plantea una pregunta crucial: ¿hasta dónde estamos dispuestos a permitir que el avance tecnológico tire a la basura nuestro entorno?