En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, China ha dado un golpe sobre la mesa. El pasado 17 de junio, la ciudad de Chongqing se convirtió en el escenario de un espectáculo digno de recordar, donde 11.787 drones surcaron el cielo al unísono, batiendo así el Récord Guinness anterior. Pero esto no es solo cuestión de números; es una muestra del ingenio humano y del potencial que tienen estos dispositivos.
Un show que dejó huella
Los drones no son nuevos en nuestro día a día, han pasado de ser herramientas militares a convertirse en los protagonistas del entretenimiento moderno. Hoy en día, están revolucionando la manera en que vivimos experiencias visuales, dejando atrás los tradicionales fuegos artificiales. ¿Quién necesita explosiones estruendosas y humo contaminante cuando puedes disfrutar de luces danzantes que cuentan historias? En este evento específico titulado «Chongqing Encantador», los drones formaron figuras impresionantes: desde paisajes naturales hasta siluetas urbanas que parecían flotar mágicamente sobre las aguas del río.
Aunque hubo desafíos técnicos —algunos drones decidieron no participar— el esfuerzo valió la pena. La organización tuvo que calcular minuciosamente cómo hacer volar a estas maravillas tecnológicas desde una colina hacia el vasto espacio aéreo que cubrían más de un kilómetro por encima del agua. Y aunque algunos fallaron, 11.787 lograron despegar y contribuir a esta hazaña histórica.
El impacto económico también es notable; según informan fuentes como Rest of World, este tipo de espectáculos genera millones y China se posiciona como líder en esta nueva era audiovisual. Por tanto, mientras algunos critican la falta de creatividad en eventos convencionales, otros aplauden este giro hacia una forma más limpia y sostenible de sorprender al público.