La presidenta de Signal, Meredith Whittaker, no ha tardado en alzar la voz tras el reciente anuncio de WhatsApp sobre su nueva política publicitaria. Meta ha decidido introducir anuncios en la aplicación de mensajería más utilizada del planeta, y eso, amigos, ha encendido todas las alarmas. ¿Privacidad? ¿Dónde quedó? Aunque por ahora los chats privados se salvan y la publicidad solo aparecerá en la pestaña ‘Novedades’, muchos temen que esto sea solo el principio de un futuro lleno de anuncios invasivos.
Una voz firme contra el cambio
Whittaker ha aprovechado esta oportunidad para recordar a todos las diferencias fundamentales entre Signal y WhatsApp. En sus propias palabras: “Utiliza Signal. Lo prometemos: no habrá desorden de IA, ni anuncios de vigilancia, ni nada de lo que haga el resto de la industria”. Con un tono desafiante, subraya que ellos están aquí para liderar, no para seguir tendencias perjudiciales.
Esta crítica llega justo después del escándalo conocido como Signalgate, donde varios funcionarios del gobierno Trump metieron accidentalmente a un periodista en un chat cifrado de Signal. Aquel error no hizo más que fortalecer la imagen robusta y segura que tiene Signal entre sus usuarios. Whittaker afirmó entonces que su plataforma es el estándar dorado en comunicaciones privadas y no se cansa de repetirlo.
A lo largo del tiempo, ha dejado claro que Signal es una organización sin ánimo de lucro, con código abierto y cifrado extremo a extremo (E2EE), garantizando así tanto los metadatos como el contenido de los mensajes. Y mientras ella defiende estas prácticas seguras, señala cómo WhatsApp deja al descubierto datos cruciales como listas de contactos o patrones comunicativos. “Cuando estas empresas recogen datos tan delicados”, advierte Whittaker, “ponen en riesgo la privacidad de millones”. Sin duda, una postura valiente en tiempos donde cada clic cuenta.