La tensión entre Irán e Israel ha alcanzado un punto crítico, y la situación es todo menos sencilla. Todo comenzó con los ataques israelíes en el marco de la polémica ‘Operación León Ascendente’, que buscaba desmantelar instalaciones nucleares y bases militares iraníes. En medio del fuego cruzado, el comandante Hossein Salami, figura clave del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), se convirtió en una de las primeras víctimas.
Irán no tardó en responder. En cuestión de horas, lanzó un diluvio de misiles y drones sobre diversas ciudades israelíes, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén. Se habla incluso de un intento de disparar hasta 1.000 proyectiles, aunque los bombardeos israelíes complicaron este despliegue masivo. A pesar de que Israel se jacta de su sistema defensivo conocido como Cúpula de Hierro, algunos misiles lograron colarse y provocar daños significativos.
La llegada del Fattah-1: ¿realidad o solo ruido?
Pero lo que realmente ha encendido las alarmas es la posibilidad del uso operativo de armamento hipersónico por parte de Irán. Un video reciente muestra lo que se dice es el impacto del misil hipersónico Fattah-1 en Haifa; sin embargo, aún falta confirmación oficial sobre esta información. La agencia rusa TASS también reportó que Irán había utilizado al menos un misil hipersónico en ese ataque.
El Fattah-1 fue presentado por Teherán como un innovador misil capaz de superar cualquier defensa existente. Con un alcance impresionante y velocidades que asustan, este tipo de armamento podría cambiar completamente el juego en la región. Y si eso no fuera suficiente, Irán ya tiene otro modelo en marcha: el Fattah 2, con capacidad para maniobrar durante el vuelo.
Afrontamos una realidad preocupante donde incluso uno de los ejércitos más avanzados puede verse superado por nuevos desafíos tecnológicos. La pregunta ahora es: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar ambos bandos? La respuesta no está clara, pero lo cierto es que la región está más tensa que nunca.