Imagina un lugar donde la inteligencia artificial no solo se entrena, sino que se eleva a niveles nunca vistos. Eso es lo que ha conseguido Elon Musk al presentar Colossus, su superordenador más poderoso hasta la fecha. Este monstruo tecnológico, desarrollado por su empresa xAI, está diseñado para entrenar modelos avanzados de IA como Grok y ya cuenta con más de 100.000 unidades de procesamiento gráfico (GPUs) Nvidia H100. La ambición no tiene límites, pues se prevé alcanzar la asombrosa cifra de un millón.
Un proyecto relámpago en una ciudad histórica
Ubicado en una antigua planta de Electrolux en Memphis, Tennessee, Colossus ha visto la luz en tiempo récord: ¡solo 122 días! Esta elección no fue casualidad; Memphis ofrece una infraestructura eléctrica impresionante y acceso a agua reciclada, además del apoyo institucional necesario para acelerar este desarrollo. Empresas como Dell y Supermicro también han puesto su granito de arena en esta aventura.
No obstante, el megacentro no solo será un baluarte para xAI; también respaldará a otras compañías de Musk como X (el antiguo Twitter) y SpaceX. Se estima que generará cerca de 300 empleos cualificados en la región, algo sin duda positivo. Pero aquí vienen los peros.
A pesar del entusiasmo, la comunidad local tiene sus preocupaciones. Al igual que ocurrió con Starbase, varios residentes están inquietos por el impacto medioambiental que podría tener este gigante tecnológico. El uso de turbinas de gas sin permisos formales y la descomunal demanda hídrica del centro —que podría superar los cinco millones de galones diarios— son temas candentes en las conversaciones vecinales. Para mitigar estas inquietudes, xAI planea invertir 80 millones de dólares en una planta para tratar aguas residuales.
Aun así, no podemos ignorar el hecho: Colossus se perfila como un jugador clave en la carrera por dominar el mundo de la inteligencia artificial. Con repercusiones económicas y sociales que prometen cambiarlo todo, este nuevo coloso trae consigo tanto esperanza como polémica.
Curiosamente, el nombre ‘Colossus’ evoca uno de los primeros ordenadores electrónicos construidos hace 80 años durante la II Guerra Mundial. Aquella máquina permitió descifrar comunicaciones alemanas usando Enigma y acortó el conflicto significativamente.