Imagínate esto: cruzar el cielo caminando sobre una cuerda, suspendido entre dos globos aerostáticos, a más de 4.800 metros de altura. Suena como algo sacado de una película, ¿verdad? Pero para Julien Roux, un joven francés apasionado del highlining, esta hazaña se ha convertido en realidad y ha marcado un antes y un después en el deporte extremo.
De la rehabilitación al récord mundial
A sus 28 años, Julien vive en Annecy y su vida gira en torno a esta emocionante disciplina que empezó casi como un juego tras sufrir un accidente de esquí acrobático. Lo que comenzó como una forma de terapia para superar sus miedos se transformó rápidamente en una adicción pura por desafiar la gravedad.
A pesar de su vértigo inicial, Julien encontró su lugar en el slackline, donde cada día se superaba un poco más. Y así llegó el gran día: el pasado 15 de noviembre de 2024, dio el salto (literalmente) y estableció un nuevo récord mundial al caminar entre dos globos a 4.832 metros. Sin redes ni protecciones más allá de un arnés, solo él y su valentía desafiando las alturas.
Detrás del espectáculo estaba DJI, la empresa que no solo grabó este momento épico con drones como el Mavic 3 Pro, sino que también usó su tecnología para ayudar a instalar la cuerda en cuestión de minutos; algo que normalmente tomaría días enteros. Las imágenes son dignas de ver gracias a los estabilizadores DJI Ronin 4D, que capturaron cada instante sin vibraciones innecesarias.
Pero lo más impresionante es cómo estos drones han cambiado las reglas del juego para Julien. Usando modelos ligeros como el DJI Flip, practica movimientos desde arriba y revisa cada detalle mientras entrena. Como él mismo dice: “Los drones han abierto puertas que antes estaban cerradas”. Y esto es solo el comienzo; tiene sueños aún más grandes e innovadores por delante.