Donald Trump vuelve a dar un golpe sobre la mesa, y esta vez su mirada está fija en uno de los gigantes tecnológicos más importantes del mundo: Apple. En un mensaje lanzado desde su red social Truth Social, el expresidente ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados ante lo que considera una falta de compromiso por parte de la compañía. Con un arancel del 50% a los productos europeos a la vista, Trump ha decidido también aumentar la presión sobre Apple, amenazando con un gravamen del 25% si no trasladan la fabricación de los iPhones a Estados Unidos.
La razón detrás de este ultimátum es clara. Apple ha estado aumentando su producción en India para evitar esos aranceles impuestos por el gobierno estadounidense. Y eso no le hace ninguna gracia a Trump. “Espero que los iPhones sean fabricados aquí”, ha declarado con firmeza, mientras observa cómo Tim Cook, el CEO de Apple, toma decisiones que parecen ir en sentido contrario.
La presión aumenta y las complicaciones crecen
Desde que empezaron estos problemas arancelarios, Apple se ha visto obligada a encarecer sus productos. Al parecer, esto les ha llevado a aumentar el precio de cada iPhone hasta en 300 dólares. Una medida desesperada tras tener que transportar nada menos que 600 toneladas de dispositivos desde India hacia Estados Unidos solo para poder cumplir con el mercado local.
No obstante, las palabras de Trump durante su reciente visita a Catar fueron directas: “Me enteré de que estás construyendo en toda India”. Y aquí llega lo complicado: fabricar en suelo estadounidense es una tarea titánica debido al alto coste y la escasez de mano de obra cualificada. Tarun Pathak, experto analista tecnológico, subraya que desmantelar una cadena de suministro tan sofisticada como la de Apple no es pan comido.
Aún así, hay algo claro; tanto Trump como muchos ciudadanos están cansados del monocultivo turístico y quieren ver productos hechos aquí. La cuestión ahora es si realmente veremos cambios o si estas son solo palabras al viento.