La espera ha llegado a su fin. El noveno vuelo de Starship está al caer, y la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) ya ha dado el visto bueno tras analizar el informe del incidente que ocurrió en su octavo lanzamiento. En aquella ocasión, el cohete dio un giro inesperado debido a que varios motores Raptor fallaron. Pero no todo está perdido; después de replantear las zonas de riesgo, se prevé que este coloso vuelva a elevarse hacia los cielos el próximo 28 de mayo, a la 1:30 hora española desde Texas.
Cambios y precauciones para un vuelo seguro
La FAA no ha dudado en asegurar que SpaceX ha cumplido con todos los requisitos necesarios para garantizar la seguridad en este nuevo intento. “Hemos estado en contacto constante con varios países situados en la trayectoria del cohete”, señala la FAA, haciendo hincapié en que hay mucho más en juego aquí que solo un despegue. Las explosiones anteriores habían dejado restos esparcidos por lugares como Bahamas y México, lo cual generó preocupación entre los residentes locales.
A raíz de esto, se han ampliado las áreas de exclusión aérea por donde pasará Starship, extendiéndose incluso hacia el este hasta llegar al Estrecho de Florida. Todo esto es parte del esfuerzo para evitar cualquier incidente desafortunado durante su ascenso.
Aparte de eso, hay una novedad emocionante: SpaceX planea reutilizar por primera vez un propulsor en este vuelo. Un paso crucial hacia esa soñada meta de tener lanzamientos totalmente reutilizables.
No solo se trata del noveno vuelo; la FAA también le ha dado luz verde a Musk para realizar hasta 25 lanzamientos anuales. Esto indica que estamos ante una nueva era espacial donde Starbase será testigo regular del cielo lleno de estrellas gracias a estos despliegues constantes.