En un mundo donde nuestros teléfonos son casi una extensión de nosotros mismos, se han convertido en el blanco perfecto para los ciberdelincuentes. Estos intrusos digitales utilizan técnicas como el spyware, un tipo de malware que se cuela en nuestros dispositivos sin que nos demos cuenta. Y lo peor es que recopila nuestra información personal y la envía a terceros sin nuestro permiso. Pero hay una solución sencilla que los expertos proponen: apagar el móvil durante solo cinco minutos al día.
Romper la cadena del peligro digital
Algunos especialistas sugieren incluso reiniciar el dispositivo a diario. ¿Por qué? Según Startlab, algunos programas espías logran acceder a nuestros móviles sin ser detectados. Sin embargo, esos reinicios pueden interrumpir su funcionamiento, ya que ayudan a mantener el rendimiento del aparato y eliminan procesos innecesarios que podrían ralentizarlo.
Aunque puede parecer una recomendación básica, hasta el primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha insistido en esta práctica. Al encender y apagar nuestro móvil diariamente, estamos reduciendo significativamente los riesgos cibernéticos. El Dr. Priyadarsi Nanda, experto en ciberseguridad de la Universidad Tecnológica de Sídney, añade que este gesto simple “cierra cualquier aplicación o proceso malicioso” que podría estar monitoreando nuestras acciones.
No obstante, no todo es tan sencillo. Aunque estas medidas ayudan a protegernos, The Guardian advierte que los piratas informáticos suelen tener objetivos específicos en mente y pueden seguir intentando sus ataques.
Pero aquí viene la pregunta: ¿es este proceso infalible? El Dr. Arash Shaghagh de la Universidad de Nueva Gales del Sur aclara que aunque desconectar el móvil puede complicar las cosas para los atacantes, no significa que estemos completamente a salvo si ya han obtenido nuestra contraseña.
A pesar de todo esto, vale la pena considerar estos sencillos pasos como parte de nuestra rutina diaria para salvaguardar nuestra seguridad digital. Así que quizás no está demás dedicar unos minutos al día a desenchufarnos del mundo virtual por un instante.