La locura se desató cuando Ticketmaster se vino abajo durante la preventa de entradas para los esperadísimos conciertos de Bad Bunny. Fue el pasado 5 de mayo cuando el artista puertorriqueño anunció su gira mundial, Debí Tirar Más Fotos World Tour, con 24 fechas que abarcan desde Latinoamérica hasta Europa, Asia y Oceanía. La fiebre por conseguir una entrada fue tal que los fans no escatimaron en esfuerzos, conectándose a múltiples dispositivos y preparándose para lo que resultó ser un verdadero desafío.
Ayer, las entradas se pusieron a la venta y volaron en menos de una hora. Pero no sin antes causar un colapso monumental en las webs de venta oficial como Ticketmaster.es, LiveNation.es, y la del propio artista. Para aquellos que no lograron hacerse con una entrada, hay una nueva oportunidad este viernes a las 12:00 PM. Además, han añadido nuevas fechas incluyendo conciertos adicionales en Madrid y Barcelona, pero ¿acaso eso resuelve el problema?
¿Por qué sigue siendo un caos comprar entradas?
La pregunta que todos nos hacemos es clara: ¿por qué algo tan simple como comprar una entrada se convierte en una auténtica pesadilla? Ayer, miles de seguidores intentaron acceder a las plataformas para adquirir sus tickets y lo que encontraron fue un festival de errores. Desde el inicio de la preventa a las 13:00 horas, ya había fallos visibles; algunos usuarios incluso fueron expulsados de la cola virtual. En lugar de un trámite rápido, se convirtió en otra historia más de caos digital.
A pesar de los esfuerzos por parte del equipo técnico para reforzar su infraestructura, más de un millón de personas intentaron entrar al mismo tiempo. El resultado fue frustrante: colas interminables y muchas personas quedaron fuera sin poder obtener su ticket en cuestión de minutos.
No es la primera vez que ocurre algo así. Estos colapsos son cada vez más comunes con artistas como Taylor Swift, Beyoncé, e incluso festivales masivos donde Ticketmaster ha sido cuestionada severamente por sus prácticas. Los expertos dicen que este problema es estructural; parece que nunca aprenden a anticiparse al pico brutal que generan estos eventos.
A pesar del avance tecnológico, los usuarios siguen lidiando con experiencias dignas del pasado. Las soluciones propuestas incluyen inteligencia artificial para mejorar el acceso o sistemas basados en blockchain para garantizar compras seguras. Pero hoy por hoy, todo esto parece lejano; seguimos atrapados en un sistema anticuado mientras millones esperan desesperadamente por unas entradas.