En un rincón del mundo donde la tensión está a flor de piel, India y Pakistán se enfrentan a uno de los peores momentos bélicos que hemos visto en décadas. La madrugada del 7 de mayo fue testigo de un bombardeo por parte de Nueva Delhi, que atacó lo que supuestamente eran bases terroristas en varios puntos de Pakistán y en la región disputada de Cachemira. Como si no fuera suficiente, el intercambio de fuego se intensificó a lo largo de la Línea de Control, una frontera caliente que divide a ambos países.
No es un secreto: tanto India como Pakistán han acumulado arsenales nucleares que podrían provocar una catástrofe inimaginable. A pesar del clamor constante por parte de expertos en inteligencia artificial para alcanzar acuerdos que reduzcan este peligro inminente, ambos países parecen decididos a seguir aumentando su capacidad armamentística.
Un vistazo a sus arsenales nucleares
Pakistán no se queda atrás. Sus misiles nucleares son compatibles con cazas Mirage III y IV, además de submarinos Agosta-90B. Según el Bulletin of the Atomic Scientists, el ejército pakistaní cuenta con seis sistemas de misiles balísticos nucleares móviles alimentados por combustible sólido. Uno de ellos es el Shaheen-II, un misil imponente con un alcance entre 1.500 y 2.000 kilómetros. Este coloso mide 17,2 metros y pesa alrededor de 23.600 kilos, capaz de llevar una ojiva pesada hasta 700 kilos.
Aunque no hay cifras oficiales sobre cuántos Shaheen-II posee Pakistán, se estima que tienen entre 50 y 100 unidades listas para ser utilizadas si las cosas se complican aún más.
Por otro lado, India también ha hecho sus deberes en materia nuclear. Con ocho sistemas capaces, el Agni-IV brilla como su joya armamentística. Este misil balístico tiene un alcance operativo sorprendente de hasta 4.000 kilómetros y puede cargar hasta 1.000 kilos. Además, está diseñado con tecnología avanzada para asegurar precisión milimétrica.
Tanto el Agni-IV como el Shaheen-II representan no solo poderío militar sino también un recordatorio escalofriante sobre lo frágil que puede ser la paz entre naciones tan cercanas pero tan distantes al mismo tiempo.