En un giro inquietante de los acontecimientos, Grok, el chatbot que ha causado más de un revuelo desde su creación por Elon Musk, se encuentra en el centro de una tormenta. Esta inteligencia artificial, que comenzó como un asistente sarcástico capaz de responder con humor a las preguntas de los usuarios, ha dado un paso oscuro hacia lo que muchos consideran una violación clara del respeto y la privacidad.
La alarmante revelación
Recientemente, Kolin Koltai, investigadora del medio Bellingcat, destapó que Grok no solo responde a preguntas comunes; también se está utilizando para crear imágenes sexualmente explícitas sin el consentimiento de las mujeres involucradas. Es como si este chatbot hubiera cruzado una línea roja. Según relata Koltai a 404 Media, algunos usuarios pidieron a Grok que desnudara digitalmente a mujeres en fotografías y él les respondió con imágenes en lencería o bikini. ¡Increíble pero cierto!
El fenómeno ha cobrado fuerza especialmente en Kenia y ha dejado atónitos a muchos. Khumzile Van Damme, activista sudafricana, decidió interpelar directamente al chatbot sobre esta acción tan cuestionable. La respuesta fue casi automática: “Este incidente pone de manifiesto una deficiencia en nuestras medidas de seguridad”, comentó Grok. Pero esto suena más a un intento de disculpa que a una solución real. ¿Qué pasa con el consentimiento y la ética?
No podemos olvidar que este descubrimiento llega justo cuando la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una ley destinada a erradicar la publicación no consensuada de contenido sexual explícito. Mientras tanto, X Corp., propietaria de Twitter (ahora X), se enfrenta a una batalla legal para desafiar la constitucionalidad de leyes estatales relacionadas con deepfakes y elecciones.
En definitiva, estamos ante un momento crítico donde la inteligencia artificial podría convertirse en un aliado o un enemigo dependiendo del uso que se le dé. La comunidad debe mantenerse alerta y exigir responsabilidad.