El desperdicio de alimentos es un problema grave al que nos enfrentamos todos los días. Imagina que cada año, en la Unión Europea, se tiran a la basura cerca de 60 millones de toneladas de comida. Eso son unos 132 kilos por persona, una cifra alarmante. Y lo peor es que gran parte de este derroche se debe a nuestra incertidumbre sobre si un alimento está bueno o no, basándonos solo en su aspecto o fecha de caducidad.
Pero aquí llega la innovación: un grupo de emprendedores españoles ha creado una etiqueta inteligente y biodegradable que cambia de color para indicarnos el estado real de nuestros alimentos. ¡Sí, así como lo escuchas! Este invento revolucionario muestra, en tiempo real, cuán frescos están los productos gracias a su relación con la actividad bacteriana que provoca su descomposición. A medida que las bacterias proliferan, la etiqueta cambia de color, dándonos esa información crucial antes de decidir si debemos tirar algo.
Una solución innovadora y ecológica
Esta genialidad se adapta tanto a alimentos envasados como a carnes, pescados, frutas y verduras. Ya no hay excusas para dejar que se nos estropeen cosas buenas; ahora podemos tomar decisiones más informadas. La idea detrás de esta etiqueta nació entre tres estudiantes: Pilar Granado, Pablo Sosa Domínguez y Luis Chimeno. Todo surgió cuando se enfrentaron al dilema cotidiano: ¿debería comer esto o mejor lo tiro? Participaron en programas para emprendedores y lograron financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.
Pablo Sosa comentó sobre el desafío inicial: «Lanzar un producto nuevo significaba que ni la industria ni los consumidores sabían qué era ni cómo funcionaba. Tuvimos que dedicar mucho esfuerzo a contar nuestra historia y demostrar la utilidad y ventajas de nuestra tecnología». Así es como surge Oscillum, una empresa decidida a hacer del mundo un lugar más eficiente al reducir el desperdicio innecesario y contribuir a combatir las emisiones de gases contaminantes.