El pasado lunes, un apagón masivo dejó a millones de españoles a oscuras. Calles desiertas, semáforos sin funcionar y una atmósfera de caos que invadía la vida cotidiana. En medio de este panorama, donde muchos comercios cerraron sus puertas por falta de energía y por miedo a robos, había un rincón que se mantenía firme: Mercadona.
Mientras otros supermercados echaban el cierre y las persianas caían como si fueran telones de una obra trágica, los establecimientos de Mercadona en varias ciudades seguían iluminados y con la mercancía refrigerada. Yo misma fui testigo en Zaragoza, donde vi a empleados atendiendo con normalidad y cobrando con tarjetas, algo que sorprendió a más de uno en redes sociales.
La razón detrás del milagro
No se trata de magia ni conspiraciones; aquí juega un papel crucial la tecnología. Mercadona ha ido instalando desde hace años grupos electrógenos en muchas de sus tiendas, lo que les permite seguir operando incluso cuando el suministro eléctrico falla. Estos generadores aseguran el funcionamiento básico durante unas 24 horas, lo que les salvó del colapso.
A pesar del bullicio habitual en las tiendas, el ambiente ese día era distinto. Una empleada anónima compartió su experiencia: “Nosotros seguimos abiertos porque contamos con generadores eléctricos. Pero no todo funcionaba al 100%. Las cámaras frigoríficas estaban algo al límite y no sabíamos cuánto tiempo aguantaríamos así”. La ansiedad entre los clientes era palpable; muchos llegaron corriendo buscando lo esencial: velas, agua y conservas.
A veces parece que hay gente que pierde la cabeza ante situaciones así. “Hubo bastante pánico”, comenta la trabajadora. Algunos no dudaron en llenar sus carros hasta arriba sin pensar en los demás. ¿Dónde quedó la solidaridad? Mientras unos luchaban por abastecerse, otros simplemente veían cómo se vaciaban los estantes.
A pesar del caos exterior, Mercadona pudo mantener su servicio gracias al esfuerzo conjunto de todos sus empleados. El día siguiente al apagón, la cadena agradeció públicamente el trabajo realizado: “Gracias al esfuerzo de nuestra plantilla abrimos nuestras tiendas para dar el mejor servicio posible”. Sin duda un ejemplo claro de resistencia ante la adversidad.