En un mundo donde la velocidad se convierte en la nueva frontera, la compañía estadounidense Rocket Lab se ha alzado como pionera al ser seleccionada por Estados Unidos y Reino Unido para desarrollar una tecnología hipersónica que promete cambiar las reglas del juego. Con su nuevo vehículo de lanzamiento HASTE, el objetivo es claro: probar sistemas capaces de alcanzar velocidades extremas, llegando hasta los impresionantes 7.500 km/h.
Un cohete hecho para volar alto
Este HASTE no es cualquier cohete; es una versión suborbital del conocido Electron, pero mejorado para llevar la innovación a nuevas alturas. Según los propios ingenieros de Rocket Lab, “HASTE incluye gran parte de la misma tecnología innovadora que Electron”, con estructuras compuestas de fibra de carbono y motores impresos en 3D. Sin embargo, este nuevo modelo viene con una sorpresa bajo el brazo: una etapa superior diseñada específicamente para probar tecnologías hipersónicas.
Con capacidad para transportar hasta 700 kilos, HASTE puede desplegar cargas útiles a más de 80 kilómetros de altitud y hacerlo a velocidades que nos dejan sin aliento, oscilando entre 3 y 7,5 kilómetros por segundo. Imagínate: ¡un avión hipersónico alcanzando ya los 4.800 km/h en su primer vuelo!
A lo largo de sus primeras misiones desde el icónico Launch Complex 2 en Virginia, HASTE ha logrado cumplir con éxito tres lanzamientos encargados por el Departamento de Defensa estadounidense, demostrando que esta aventura no es solo un sueño futurista, sino una realidad tangible.
Peter Beck, fundador y CEO de Rocket Lab, comparte su entusiasmo afirmando que “contribuir a la seguridad colectiva de Estados Unidos y Reino Unido es un verdadero orgullo”. Sin duda alguna, este equipo está marcando el camino hacia un futuro donde la tecnología hipersónica será clave. Así que atentos todos; esto es solo el comienzo.