La tensión en el espacio está que arde. A principios de este año, Rusia lanzó al cosmos tres satélites secretos mediante un cohete Soyuz. Los objetos, conocidos como Kosmos 2581, 2582 y 2583, empezaron a orbitar la Tierra y no tardaron en despertar la curiosidad del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Desde ese momento, los ojos americanos se centraron con lupa en las maniobras rusas y su potencial ofensivo.
Los expertos en defensa estadounidenses, en declaraciones a CNN, han alertado sobre unos ejercicios satelitales por parte de Rusia que parecen simular tácticas de ataque y defensa. Imaginemos varios satélites formando una especie de cerco alrededor de otro; es como si estuvieran ensayando una táctica para neutralizarlo. Sin embargo, lo más inquietante llegó después: un misterioso objeto ha sido liberado desde uno de esos satélites rusos.
Un giro inesperado
La Fuerza Espacial estadounidense sostiene que este extraño objeto proviene del Kosmos 2581. El astrofísico Jonathan McDowell no se ha quedado callado y ha comentado en X (Twitter) que podría haber habido una separación accidental del Kosmos-2583 el pasado 18 de marzo. Pero ojo, que también nos advierte: “Podría ser solo una coincidencia”, ya que ambos están en órbitas similares y no hay pruebas claras de intenciones hostiles.
Todo esto nos recuerda a lo sucedido en 2022 cuando Rusia lanzó otro satélite, el Kosmos 2558, justo donde orbitaba un satélite militar estadounidense; eso sonó a espionaje puro y duro. Así que ahora las alarmas vuelven a sonar: ¿serán estos nuevos lanzamientos parte de misiones secretas o pruebas para desactivar satélites ajenos?
A raíz de estas dudas, el Departamento de Defensa americano ha decidido poner manos a la obra entrenando a sus militares para actuar ante cualquier posible interferencia rusa en el espacio. Al mismo tiempo, la vigilancia sobre los Kosmos 2581, 2582 y 2583 se ha intensificado para controlar sus movimientos al milímetro.