En un giro sorprendente que nos hace cuestionar la ética de las grandes corporaciones, Sarah Wynn-Williams, una exempleada de Meta, ha sacudido los cimientos de la empresa con sus declaraciones. Esta semana, en una comparecencia ante el Subcomité Judicial del Senado sobre Delincuencia y Contraterrorismo, afirmó que Mark Zuckerberg y su equipo no solo han jugado a ser defensores de la libertad de expresión, sino que se han aliado con el Gobierno chino para desarrollar herramientas específicas de censura.
Wynn-Williams, quien formó parte del núcleo duro de Meta entre 2011 y 2017, fue testigo directo de cómo se gestaban estos vínculos: «(Mark) Zuckerberg se autoproclama defensor de la libertad mientras trabaja a la sombra con el Partido Comunista chino», aseguró. Y es que esta extrabajadora no dudó en señalar que la compañía cedió ante las exigencias chinas, llegando al extremo de eliminar cuentas de disidentes e incluso entregando datos sensibles a Pekín.
El lado oscuro del progreso tecnológico
No solo eso. También destacó que la inteligencia artificial (IA) desarrollada por Meta, conocida como Llama, ha sido fundamental en los avances tecnológicos chinos. Un ejemplo claro es ‘DeepSeek’, un sistema que logró conmover el mercado tecnológico estadounidense gracias a su enfoque en código abierto y bajos costos. Para Wynn-Williams, esto plantea serias preguntas sobre hasta dónde está dispuesta a llegar una empresa por mantener sus relaciones comerciales.
Aún más impactante es lo que comparte en su autobiografía titulada ‘Careless People: A Cautionary Tale of Power, Greed, and Lost Idealism‘, donde relata experiencias personales dentro del gigante tecnológico. En sus páginas hay acusaciones graves contra otros ejecutivos por comportamientos inapropiados que ella misma denunció como acoso sexual. Sin embargo, Meta no tardó en desmentir estas afirmaciones llamándolas «falsas».
La intervención pública de Wynn-Williams llega en un contexto complejo: justo cuando las tensiones entre Estados Unidos y China están al rojo vivo y coincidiendo con un acercamiento insólito entre Zuckerberg y Donald Trump. Una serie de coincidencias que nos hacen pensar: ¿realmente estamos preparados para conocer toda la verdad detrás del telón?