En un momento en que el agua se ha convertido en un bien escaso, el Govern de les Illes Balears ha decidido dar un paso adelante. ¿La solución? Aumentar la cantidad de agua desalinizada para proteger esos valiosos acuíferos que llevamos décadas explotando sin freno. Es como si nos estuviéramos jugando el futuro de nuestra tierra y nuestros hijos a una ruleta rusa.
Una estrategia necesaria
Desde hace tiempo, los expertos vienen advirtiendo sobre la alarmante situación del agua en nuestras islas. No podemos seguir tirando a la basura nuestro patrimonio natural por el capricho de unos pocos o por un monocultivo turístico que no aporta más que problemas. La propuesta del Govern es un rayo de esperanza, aunque algunos todavía prefieren mirar hacia otro lado.
La realidad es clara: necesitamos actuar ahora. La gestión del agua no puede ser solo una cuestión administrativa; debe ser una prioridad social y medioambiental. El futuro está en nuestras manos, y con decisiones como esta, parece que aún estamos a tiempo de revertir el daño causado. Sin embargo, será crucial seguir vigilantes y exigir que estos planes se cumplan con rigor y transparencia.

