En el corazón de Manacor, se siente un aire nuevo. Pedro Puche ha tomado las riendas de Urbanismo y con él llega una promesa clara: “La administración debe dejar de ser una traba y convertirse en un facilitador”. Estas palabras resuenan entre los vecinos, quienes han visto cómo burocracia y trabas han frenado proyectos esenciales para la comunidad.
Un cambio necesario
Los residentes de Portocolom están cansados. Su lucha por retirar ese vial de cemento que parte la playa y ahoga las dunas del Arenal es solo una muestra del descontento que se vive. ¿Es posible recuperar lo perdido? Con Puche al mando, muchos esperan que sí. “La naturaleza debe volver a ser protagonista”, afirma uno de los vecinos mientras mira con nostalgia hacia el horizonte.
Pero no solo eso; los ecos del pasado también marcan el camino hacia adelante. La reciente polémica sobre la Plaza de Patrimonio Artístico ha dejado claro que necesitamos expertos, pero también sentido común. En tiempos donde decisiones políticas parecen estar más alejadas del pueblo que nunca, este nuevo liderazgo trae consigo la esperanza de un futuro más colaborativo.
Puche tiene ante sí el reto de transformar esa imagen gris y pesada en algo dinámico y accesible. La gente quiere ver resultados reales, no promesas vacías; ellos exigen acciones que hablen por sí solas. Así que, entre encuentros comunitarios y reuniones llenas de pasión por su tierra, surge un líder dispuesto a dar voz a quienes realmente importan: nosotros, los ciudadanos.

