En un giro esperado, Educación ha asegurado que el nuevo decreto sobre comedores escolares no solo atenderá las intolerancias alimentarias, sino que también dará un lugar destacado a los productos locales. ¿No es hora de que nuestros peques coman bien y sano?
Un cambio necesario
Todos sabemos lo complicado que puede ser lidiar con una intolerancia alimentaria. Muchos padres han visto cómo sus hijos regresan a casa desanimados por no poder comer lo mismo que sus compañeros. Con esta nueva normativa, esperamos que esa realidad cambie. ¡Ya era hora! Además, incorporar productos de nuestra tierra no solo es beneficioso para la salud de nuestros niños, sino también para apoyar a nuestros agricultores.
Pero no nos engañemos, esto debe ir más allá de palabras bonitas en un decreto. Los centros educativos necesitan comprometerse de verdad con esta iniciativa y garantizar que cada plato servido sea seguro y nutritivo. La comunidad merece transparencia y responsabilidad cuando se trata de la alimentación escolar.
No podemos seguir tolerando un sistema donde el monocultivo turístico prime sobre lo local. Es momento de hacer oír nuestra voz y exigir un cambio real en cómo alimentamos a nuestros niños. Al final del día, su salud está en juego.

