La historia del Baluard de Sant Pere, un emblema medieval que ha resistido el paso del tiempo, ha dado un giro inesperado. Un muro de esta torre ha decidido rendirse y se ha desplomado, dejando a todos con una sensación amarga. ¿Qué está pasando con nuestro patrimonio?
Este incidente no es solo una cuestión de piedras y ladrillos; es un grito que resuena en la comunidad sobre la falta de atención y cuidado hacia nuestras joyas históricas. Según ANACA, el proyecto del cable eléctrico en Alcúdia ya no tiene sentido. Pero más allá de los cables, nos enfrentamos a una realidad: nuestro legado cultural se está desmoronando.
Una herencia olvidada
No podemos quedarnos callados mientras vemos cómo se deterioran nuestros monumentos. La producción láctea en Mallorca también ha disminuido alarmantemente, unos tres millones de litros en cuatro años. Mientras tanto, investigadores de la UIB trabajan para restaurar las praderas de posidonia en el Mediterráneo; sin embargo, parece que nuestras estructuras históricas están siendo tiradas a la basura.
Es momento de reaccionar antes de que sea demasiado tarde. Nos encontramos ante un reto: cuidar lo que nos define como comunidad y valorar nuestra historia. Así que hagamos eco a estas preocupaciones y exijamos lo que realmente importa.

