El pasado fin de semana, Binissalem se llenó de voces y emociones en la clausura del IV Certamen Coral. Un evento que no solo celebra la música coral, sino que también une a comunidades enteras. Este año, los mejores coros y directores fueron reconocidos por su dedicación y pasión, dejando una huella imborrable en todos los asistentes.
Una celebración que trasciende
A lo largo de estos días, hemos sido testigos de actuaciones impresionantes. Las notas resonaban entre las paredes del auditorio como un eco de tradición y modernidad. La alegría en los rostros de los participantes era palpable; cada acorde cantado era un paso más hacia la unión cultural que tanto necesitamos. El certamen no fue solo una competencia; fue un verdadero festival donde la música nos recordó lo importante que es el arte en nuestras vidas.
Como bien dijo uno de los directores premiados: “La música es un lenguaje universal que nos conecta a todos”. Y qué razón tenía. Este tipo de eventos son esenciales para fomentar el amor por el canto y mantener vivas nuestras tradiciones. Por ello, celebramos con entusiasmo cada premio entregado y cada aplauso resonante en el aire. En definitiva, esta clausura ha dejado claro que cuando se trata de celebrar nuestra cultura, ¡no hay límites!

