La historia dio un giro inesperado en el puerto de Maó, donde la emblemática fábrica de Gin Xoriguer ha tenido que cerrar sus puertas debido a un deslizamiento del penya-segat. Esta noticia no solo afecta a los amantes del gin local, sino que también deja a muchos con una sensación de pérdida por lo que este lugar representa para la comunidad.
Un golpe duro para la tradición local
Los rumores comenzaron a circular entre los vecinos cuando se escucharon los primeros estruendos. «Nunca pensé que algo así podría sucederle a nuestro querido gin», comentaba uno de los trabajadores mientras miraba con tristeza las ruinas. Y es que, detrás de cada botella hay años de trabajo y pasión por mantener viva una tradición.
No se trata solo de una fábrica más; hablamos de un símbolo que ha dado sabor a nuestras celebraciones y alegrías. Con su cierre, nos quedamos sin una parte importante de nuestra identidad. Es momento de reflexionar sobre cómo pequeños incidentes pueden tener grandes repercusiones en nuestra comunidad.
