La realidad es que el cambio climático está dando un golpe directo a nuestro paisaje balear, poniendo en riesgo esas viñas y almendros que tanto queremos. ¿Y qué significa esto para nosotros? Pues que estamos hablando de un futuro incierto, donde la tradición se ve amenazada por un fenómeno que parece no tener freno.
Una batalla diaria por nuestra tierra
No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros cultivos sufren. La situación es crítica; los expertos nos advierten de que las condiciones climáticas están cambiando más rápido de lo que podemos adaptarnos. Las olas de calor son cada vez más intensas, las lluvias llegan cuando menos se esperan y todo eso afecta directamente a la producción agrícola. Imagínate ver cómo tu cosecha se va al traste por causas ajenas a tu control.
Pero hay quienes luchan por mantener viva esta herencia cultural. Los agricultores están organizándose, buscando nuevas técnicas y apoyos para hacer frente a este reto monumental. Es tiempo de unirnos y apoyarles, porque si no lo hacemos, podríamos estar tirando a la basura no solo un modo de vida, sino también una parte fundamental de nuestra identidad.

