Hoy nos hemos despertado con una noticia que golpea fuerte en el corazón de quienes valoramos la naturaleza y la defensa del medio ambiente. Ha fallecido Xisco Avellà, fundador y alma del GOB, una figura que ha sido faro en la lucha por la conservación de nuestras tierras. Su compromiso y pasión por el planeta nos recuerdan que cada pequeño gesto cuenta, que cada lucha es válida.
El eco de su voz sigue vivo
En un contexto donde los intereses económicos parecen arrasar con todo a su paso, la memoria de Xisco se convierte en un grito de esperanza. En sus manos, el GOB fue más que una organización; fue un movimiento que buscaba frenar el monocultivo turístico y proteger lo nuestro. La realidad es dura: las decisiones rápidas y sin pensar han llevado a muchas zonas a perder su esencia.
A medida que recordamos su legado, también debemos reflexionar sobre cómo seguimos adelante. No podemos permitir que las voces como la de Xisco se apaguen entre promesas vacías y planes insostenibles. Como él diría, tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro entorno para las futuras generaciones.
Así que hoy, al despedir a este gran luchador, nos comprometemos a mantener viva su llama. A seguir defendiendo lo que es nuestro y recordar siempre que nuestra tierra merece ser respetada y protegida.

