Las Islas Baleares están viendo cómo se desvanecen los nombres que han formado parte de su esencia. De aquellos entrañables Tomeus y Francisques, ahora nos encontramos con una nueva generación de Sofías y Hugos, pero esta transformación no es solo un cambio de nombres. El panorama actual es preocupante.
La alarmante situación del sector
Según la voz del sector náutico, siete de cada diez pequeñas empresas de chárter están a punto de cerrar sus puertas. Y todo por culpa de unas regulaciones impuestas por el Gobierno que muchos consideran más perjudiciales que beneficiosas. Este tipo de decisiones no solo afectan a los negocios, sino que ponen en riesgo el tejido económico y social que ha sido fundamental para la comunidad balear.
¿Y qué hay del futuro? La situación es crítica. Con las nuevas normativas, las pequeñas empresas se sienten asfixiadas, como si estuvieran condenadas a desaparecer ante un sistema que parece favorecer a los grandes grupos. Nos preguntamos: ¿dónde queda la diversidad y el carácter local cuando tiramos a la basura lo que nos hace únicos?
A medida que estos cambios se implementan, muchos propietarios ven cómo sus sueños naufragan en un mar lleno de incertidumbres. Es hora de replantear qué dirección queremos tomar como sociedad y proteger lo nuestro antes de que sea demasiado tarde.

