La situación se vuelve cada vez más complicada para los usuarios de transporte público en las Islas Baleares. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha decidido aumentar el precio del billete, pasando de dos a tres euros. Muchos se preguntan si esta medida es realmente necesaria o si solo busca llenar los bolsillos de unos pocos.
Por otro lado, el Govern ha activado 22 millones para devolver las congelaciones salariales del personal de IB-Salut durante los años 2020 y 2021. Mientras tanto, vemos cómo la subida del transporte golpea directamente a la ciudadanía, que ya está lidiando con un aumento generalizado del coste de vida.
Crisis tras crisis: ¿hasta dónde vamos a llegar?
Además, hay quienes critican la gestión actual al considerar que este tipo de decisiones afectan más a las familias que dependen del transporte público para desplazarse por la isla. En palabras de algunos vecinos, «subir el precio es tirar a la basura cualquier esfuerzo por mantener un sistema accesible». Y no les falta razón.
No podemos olvidar que el transporte debería ser una herramienta para conectar a las personas, no un lujo reservado para unos pocos. Y así lo viven muchos usuarios que sienten que están siendo estrangulados por una política poco sensible a sus necesidades.

