En un ambiente tenso y cargado de emociones, Simonet ha salido al paso para defender su gestión en la granja de Llucmajor. Y lo ha hecho atacando directamente al gobierno de Armengol, cuestionando con ironía: ‘¿Nadie veía las 127.000 gallinas?’. La afirmación resuena en el aire, dejando a muchos preguntándose cómo es posible que una situación tan evidente haya pasado desapercibida para quienes tienen la responsabilidad de velar por el bienestar del sector.
Un sector olvidado
No es la primera vez que escuchamos a Simonet hablar con pasión sobre su trabajo y los desafíos que enfrenta. Al parecer, esta no es solo una lucha por los derechos de su granja, sino también por toda una comunidad que siente que sus preocupaciones son ignoradas. En medio del ruido político, ¿quién se preocupa realmente por los problemas reales del campo?
Mientras tanto, otros temas también ocupan la agenda pública en las Balears, como el transporte público gratuito que se mantendrá hasta 2026 o el nuevo hallazgo arqueológico en Son Sunyer. Sin embargo, tras cada noticia resuena un eco persistente: la necesidad de mirar más allá del monocultivo turístico y prestar atención a aquellos sectores que sostienen nuestra economía desde sus cimientos.

