La tragedia nos golpea de nuevo. En una mañana que debería haber sido como cualquier otra, un joven que deambulaba por una carretera de Marratxí fue fatalmente atropellado por un camión. ¿Cómo es posible que estemos aquí hablando de esto? La vida se nos escapa entre los dedos, y a veces parece que no hacemos nada para evitarlo.
Una realidad desgarradora
Mientras unos corren tras sus sueños, otros se enfrentan a la cruda realidad de las calles. Este joven, cuya identidad aún está en el aire, formaba parte de una comunidad que merece atención y respeto. Las circunstancias son complejas, pero hay algo claro: nadie debería terminar así. Como dice un viejo refrán, “la vida no tiene precio”, y menos aún cuando se trata de alguien tan joven.
En medio del dolor, surge la pregunta: ¿qué estamos haciendo mal? Cada día nos enteramos de historias desgarradoras como esta, mientras miramos hacia otro lado o simplemente seguimos adelante con nuestras vidas. Es hora de reflexionar sobre el valor de cada ser humano. La sociedad necesita despertar y actuar; no podemos seguir tirando a la basura las vidas ajenas sin mirar atrás.