En Son Sardina, la tensión crece y las familias han tomado una decisión firme: no llevarán a sus hijos a la escuela. ¿El motivo? La presencia de Miquel Roldán, una figura que ha levantado ampollas entre padres y educadores. Este problema no es nuevo, pero parece que no se encuentra una solución viable en el horizonte.
La defensa del catalán en juego
Antoni Vera, un referente para muchos en la comunidad, asegura que “la escuela es el darrer bastió del català”. Y no se equivoca. La identidad cultural está en juego y muchos sienten que lo que se está viviendo es un ataque directo al idioma. En este contexto, el gobierno español ha dejado claro que no tiene intención de cambiar la ley para evitar situaciones como esta. Por lo tanto, las familias continúan con su protesta pacífica, mostrando su descontento ante un sistema educativo que debería proteger su lengua materna.
A pesar de los cambios recientes, como la incorporación de un nuevo profesor en Son Sardina donde Miquel Roldán solo hará apoyo, el clima sigue siendo tenso. Los padres quieren lo mejor para sus pequeños y están dispuestos a luchar por ello. Sin embargo, con cada día que pasa sin una solución clara, surge la pregunta: ¿hasta cuándo seguirán así?