En el corazón de las Islas Baleares, hay una serie de temas que nos preocupan y nos indigan. La reciente campaña de vacunación infantil contra la gripe ha comenzado en todos los colegios, pero ¿es suficiente? En tiempos donde la salud debería ser nuestra prioridad, es alarmante ver cómo ciertas decisiones parecen estar más al servicio del interés político que del bienestar ciudadano.
Crisis en la información y falta de apoyo
Los usuarios del tren están furiosos. La falta de información durante las incidencias se ha convertido en una constante que deja a muchos varados y confundidos. Y no es para menos; todos merecemos saber qué está pasando cuando dependemos de un servicio público.
Aparte, el gobierno parece ignorar problemas como el trasplante negado a un trabajador del aeropuerto de Palma que necesitaba cuidar a sus padres enfermos. Su respuesta fue contundente: «Que vaya no les hará mejorar». ¿De verdad estamos tan deshumanizados?
No podemos dejar pasar por alto cómo se están gestionando los recursos naturales. Se está vendiendo terreno rústico por 24,5 millones a Establiments, con promesas sobre nuevas normativas. Pero esto huele a negocio antes que a verdadera conservación.
En medio de todo esto, celebramos 40 años del restaurante El Bungalow, un establecimiento icónico pero con una orden de demolición pendiente. Esto refleja lo complicado que es mantener un equilibrio entre el turismo y la protección del entorno.
Y mientras tanto, el Consell invita a periodistas estadounidenses para promocionar nuestras islas sin cuestionarse si lo estamos haciendo bien internamente. Es momento de reflexionar sobre hacia dónde vamos y qué tipo de futuro queremos construir juntos.

