El Govern ha decidido adelantar un día el inicio de la pesca del raor en las aguas interiores de Mallorca y Menorca. Una noticia que, sin duda, alegrará a muchos pescadores locales que ven en este pez una oportunidad para llenar sus redes y sus mesas. Pero, ¿es esta decisión realmente lo que necesitamos?
Aumentando la presión sobre nuestros mares
No podemos ignorar el contexto: mientras se celebra esta nueva normativa, seguimos viendo cómo la posidonia, ese tesoro submarino que tanto queremos proteger, sigue retrocediendo. Y es que no se trata solo de pescar; se trata de cuidar lo que tenemos. Como bien dice uno de los pescadores locales: “Hay que encontrar un equilibrio entre aprovechar lo que nos ofrece el mar y asegurarnos de que siga siendo un recurso para las futuras generaciones.” Esa es la clave.
Aquí estamos hablando de nuestras aguas, de nuestro entorno. La comunidad debe estar alerta ante decisiones como estas y cuestionar si realmente están pensadas para beneficiar a todos o si simplemente son otro paso hacia el monocultivo turístico. Hay quienes dicen que este tipo de medidas pueden acabar siendo más perjudiciales que beneficiosas. Así que la pregunta queda en el aire: ¿estamos listos para asumir las consecuencias?