En un mundo donde cada vez más la tecnología se convierte en parte de nuestro día a día, la instalación de cámaras de vigilancia en el aparcamiento del Trenc parece ser un paso adelante que muchos no han visto con buenos ojos. Pero, ¿realmente es tan negativa esta decisión? Las autoridades aseguran que su objetivo es medir la ocupación y mejorar la gestión del espacio, pero para algunos esto es solo un intento de controlar aún más nuestras vidas.
¿Un control excesivo?
Vivimos en tiempos complicados. La gente tiene miedo de perder su privacidad mientras otros luchan por encontrar aparcamiento. Nos preguntamos: ¿hasta dónde llegaremos? Al final del día, queremos sentirnos seguros y libres al mismo tiempo. Pero cuando empezamos a poner cámaras por todas partes, esa sensación se desvanece.
No podemos ignorar que hay problemas más graves que requieren nuestra atención. Mientras tanto, seguimos hablando de medidas como esta, dejando pasar oportunidades para abordar cuestiones esenciales en nuestra comunidad. Hay quienes dicen que esto es solo un monocultivo turístico, donde las prioridades parecen estar desdibujadas. Y tú, ¿qué opinas?