Las Islas Canarias han alzado la voz en contra de la decisión de Prohens, quien ha pedido suspender el reparto de menores migrantes. Esta acción no solo sorprende, sino que muchos la consideran profundamente insolidaria. En un momento en que la empatía debería ser nuestra guía, nos encontramos con políticas que parecen tirar a la basura lo más básico: el cuidado y la protección de los más vulnerables.
La situación se complica
A medida que el Gobierno se plantea solicitar la suspensión cautelar del reparto, voces como las de Sira Rego se levantan con firmeza. Para ella, esta intención es claramente racista y da cuenta de un giro preocupante en nuestras políticas sociales. Mientras tanto, otros problemas surgen en las Baleares; denuncias sobre cómo la costa sur de Mallorca se ha transformado en un auténtico vertedero para embarcaciones abandonadas nos recuerdan que hay temas urgentes que requieren atención inmediata.
No podemos quedarnos callados ante esto. ¿Qué tipo de sociedad queremos ser? La indiferencia no puede ser una opción cuando hablamos del bienestar infantil. Es hora de actuar y exigir un trato justo para todos los niños y niñas que llegan buscando una oportunidad.