La solidaridad con el pueblo palestino no conoce fronteras, y así lo demuestra la reciente campaña que ha llegado hasta Mallorca. En este rincón del Mediterráneo, un establecimiento ha decidido alzar su voz y expresar abiertamente su condena al genocidio en Gaza. No es solo una declaración, es un grito de resistencia que resuena entre los corazones de muchos.
Un eco de esperanza
En medio de esta lucha, la comunidad mallorquina no se queda de brazos cruzados. La presentación de casi 400 alegaciones contra el proyecto del tren de sa Pobla a Alcúdia ha encendido el debate sobre lo que consideramos sostenible e injusto. El GOB, siempre atento a las necesidades del entorno, pide la retirada del proyecto por los efectos nocivos que podría tener sobre nuestra tierra.
No obstante, el panorama no es solo político; también hay noticias preocupantes. Una bandera palestina fue retirada por la policía durante una fiesta multitudinaria en Menorca tras un revuelo. ¿Hasta dónde llega nuestra libertad para expresarnos? Y como si eso fuera poco, hemos tenido cuatro accidentes graves en menos de 12 horas en Mallorca, incluyendo un atropello a un ciclista. La vida parece estar llena de desafíos.
Es momento de reflexionar sobre lo que estamos dejando atrás y cómo nuestras decisiones afectan a futuras generaciones. Esta herencia nos invita a cuestionar si realmente estamos construyendo un legado justo o simplemente acumulando desigualdad.