En un rincón de Mallorca, la indignación se siente en el aire. Casi 400 alegaciones han llegado como un grito conjunto pidiendo la retirada del polémico proyecto del tren que conectaría sa Pobla con Alcúdia. ¿Por qué tanto rechazo? Porque muchos lo ven como una auténtica locura, un plan insostenible e injusto que pone en peligro el equilibrio ecológico de nuestra isla.
El clamor de los ciudadanos
No es solo una cuestión de transporte; es un tema que toca las fibras más sensibles de la comunidad. El GOB, uno de los grupos ecologistas más comprometidos, ha liderado esta cruzada y no están solos. Los ciudadanos están empezando a despertar y a cuestionar qué tipo de futuro queremos para nuestras tierras. ¿Realmente necesitamos otro monocultivo turístico? La respuesta parece clara entre quienes aman la naturaleza y valoran lo que nos rodea.
A medida que se conocen más detalles sobre este proyecto, surgen preguntas inquietantes: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro patrimonio natural por unos pocos kilómetros de rieles? La comunidad tiene voz y está lista para ser escuchada.